Producción y procesamiento

Durante la fabricación y el procesamiento de alimentos, la refrigeración fiable es esencial para una producción impecablemente higiénica y económicamente eficiente.

La industria láctea tiene numerosos requisitos en cuanto a refrigeración, enfriamiento, CIP y tratamiento del agua. Las aplicaciones más comunes son la refrigeración de la leche mediante un intercambiador de calor de placas, la refrigeración de los tanques de almacenamiento de la leche o de las zonas de almacenamiento de otros productos lácteos y alimenticios.

La resistencia a la corrosión es especialmente vital en los procesos de refrigeración de la producción de bebidas debido al uso constante de agua y productos primarios líquidos.

Las naves de producción de alimentos, las zonas de envasado de alimentos frescos y los procesos de producción son áreas en las que los entornos con temperatura controlada son esenciales. Especialmente en las áreas de trabajo en las que los alimentos están expuestos al ambiente circundante, los sistemas de refrigeración secundaria con propilenglicol (MPG) son habituales y a menudo se exigen por ley debido a la posible contaminación de los alimentos por fugas de gases refrigerantes.

El proceso de horneado es un proceso muy sensible a la temperatura. El sistema de refrigeración es fundamental en las operaciones de repostería de las grandes panaderías industriales o de las pequeñas plantas regionales.

Los procesos de producción requieren temperaturas estables para la maquinaria. Los sistemas de refrigeración fiables y sin necesidad de mantenimiento ayudan a que la producción sea más eficiente.

La efervescencia y el sabor característico de los refrescos y el agua carbonatada provienen de la disolución del CO2 en el agua, lo que provoca una reacción de ácido carbónico diluido. La refrigeración es una parte esencial del proceso de embotellado de todas las bebidas carbonatadas.

Los almacenes de refrigeración son un eslabón vital de la cadena alimentaria en frío. El mundo moderno depende de los alimentos frescos o refrigerados. La cadena alimentaria en frío es una parte integral de nuestra vida diaria, en la que los productos deben almacenarse de forma fiable y con un control preciso de la temperatura.