Redes Equilibradas
La gestión de presión es un componente crítico en los sistemas de distribución de agua. Su propósito principal es asegurar que la presión correcta se entregue en cada punto dentro de la red. Al lograr esta precisión, se cumplen varios objetivos importantes.
Primero, la gestión de presión contribuye significativamente a la reducción de fugas. Cuando la presión se mantiene en niveles óptimos, se minimiza la pérdida de agua debido a fugas.
En segundo lugar, la gestión de presión proporciona alivio de estrés mecánico para la infraestructura del sistema. Los componentes de la red experimentan estrés con el tiempo. Un control adecuado de la presión reduce este estrés, prolongando la vida de estos activos y asegurando su operación confiable.
Por último, la gestión efectiva de la presión es crucial para la prevención de explosiones. Un exceso de presión pone en riesgo las tuberías de romperse, mientras que una presión insuficiente también puede llevar a explosiones.